Artículo de opinión, por José Luis Pichardo
El gran acto reivindicativo organizado en Madrid por AVE en pro del Corredor Mediterráneo y que ha contado con más de 1.800 empresarios ha dejado cierta sensación de desazón por la grave situación política que vive España. Indiscutiblemente, el esfuerzo de los empresarios valencianos con Vicente Boluda y Juan Roig a la cabeza está fuera de toda duda, y es más, sin ese apoyo el movimiento Quiero Corredor, la infraestructura casi no habría salido de los despachos de los ministerios en los últimos años.
Pero alabando ese papel de AVE, no se puede negar que la situación actual es de una complejidad manifiesta tras la polémica y difícil reelección de Pedro Sánchez al frente del Gobierno. De ello es plenamente consciente el empresariado en nuestro país, motivo por el cual, Boluda y Roig han lanzado mensajes de unidad, de no generar división y criticando que hasta la investidura de Sánchez habría ido mejor con una consulta popular, para garantizar un futuro mejor de España. Sin embargo, esto vale de poco para un Corredor que avanza en Catalunya con una inversión importante, y a tramos avanzados en la Com Valenciana, como Castellón o Xátiva, pero que apenas se conoce en Murcia, Almería, Granada, Málaga, Algeciras. Y esto no será por falta de empeño de los ejecutivos autonómicos de Murcia y Andalucía.
De hecho, el presidente murciano, Fernando López Miras ha señalado que siguen sin noticias del Ministerio de Transportes, a pesar de que hay preparados tramos muy importantes de conexión entre Murcia, Cartagena o Lorca. Y algo similar viven también en territorio andaluz. Es cierto que hay tramos en licitación en diversas zonas del Corredor, es cierto que hablamos de una infraestructura compleja, pero la realidad es que solo hay sensación de avance en la parte que comprende a Catalunya más que al resto de las autonomías implicadas en el desarrollo de las vías.
Por ello, y a pesar de llevar 7 años con el movimiento «Quiero Corredor» y los múltiples chequeos y actos celebrados por AVE en Madrid, Valencia, Barcelona, Murcia, Almería etc.. la sensación es que el Corredor no avanza y es evidente por algunos intereses políticos, generados principalmente desde Cataluña y el Gobierno de Sánchez más que por una problematica puramente técnica y económica. Con lo cuál y al margen de la parte francesa del trazado que tampoco avanza como sería deseable, el panorama del Corredor y su papel como hilo conductor de las exportaciones valencianas, murcianas y andaluzas hacia el mercado europeo en sectores clave como el agroalimentario o la automoción es poco ilusionante a corto plazo. Y esto se traduce en un enorme lastre para la competitividad de estas regiones, arrastrando por supuesto, al conjunto de la economía española.
Así que mucho nos tememos que habrá movimiento Quiero Corredor ante la pasividad de algunos y el detrimento de otros por una larga temporada. Porque no olvidemos que Catalunya juega un papel crucial en el desarrollo de esta infraestructura, aunque también me permitirán el escepticismo ante la opinión de políticos ilustres catalanes como el pte. del PP de Barcelona, Daniel Sirera, quien valora un modelo constante de «torpedeo» al proyecto por parte del independentismo catalán, que por cierto tambien incluye a la ampliación norte del Puerto de Valencia. Con lo cual es posible que veamos concluido o semi el Corredor en algunos años, pero también tenemos claro que con Junts, ERC o Sánchez en el Gobierno, el recorrido del Corredor tendrá un trazado que en ocasiones será imprevisible más que tangible y realista a corto plazo.