España y la Comunitat Valenciana en particular necesitan que la economía siga dando alegrías y buenas noticias. Es vital que el circulante no cese, fluidez de capitales, inversiones y que el dinero se mueva de manos. La dana del pasado 29 de octubre demostró que una catástrofe de esa magnitud, con 224 fallecidos y miles de empresas arrasadas, con infraestructuras dañadas y una sacudida emocional difícil de cuantificar, pueden dejar temblando la mitad de la tercera provincia más poblada de nuestro país. Los datos son tozudos, pero durante los días posteriores a las inundaciones, las transacciones bancarias y las compras con tarjeta en los comercios de la zona se desplomaron. La actividad económica se interrumpió súbitamente. Las prioridades eran otras. Pero ahora necesitamos dinero barato para comprar cosas, para endeudarnos, pedir prestado y rehacer nuestras vidas.
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido este jueves reducir en 25 puntos básicos los tres tipos de interés oficiales, una medida que tendrá un impacto significativo en la economía española y en la Comunitat Valenciana. En particular, la facilidad de depósito se sitúa ahora en el 2,75 %, mientras que las operaciones principales de financiación y la facilidad marginal de crédito quedan en el 2,90 % y el 3,15 %, respectivamente. La medida busca consolidar la tendencia de desinflación y favorecer el crecimiento económico en la eurozona, según un comunicado publicado en la página web de la entidad y consultado por Interdiario.
«Muchas personas tienen más dinero en sus bolsillos porque han subido su salario, pero aún no tienen suficiente confianza en el futuro y son cautelosas con sus gastos. El desempleo está cerca de su nivel más bajo desde el inicio del euro, aunque las empresas están anunciando menos ofertas de empleo»
En España, donde hay 14,2 millones préstamos hipotecarios vinculados a los tipos de interés, esta reducción supondrá un alivio en las cuotas mensuales. Tras años de subidas que han encarecido los créditos, este primer recorte de tipos abre la puerta a un mayor desahogo financiero para las familias, especialmente en comunidades como la Valenciana, donde la vivienda es un pilar fundamental del gasto familiar. La rebaja de tipos facilitará también el acceso a nuevos créditos, incentivando la compra de vivienda y la inversión.
La decisión del BCE llega en un momento en el que la economía española muestra un comportamiento mejor que el de la media de la zona euro. Con un crecimiento del PIB del 3,2 % en 2024 y una reducción del desempleo reflejada en la última Encuesta de Población Activa (EPA), España mantiene un dinamismo que puede verse reforzado con una política monetaria menos restrictiva. En la Comunitat Valenciana, sectores clave como el turismo, la industria y la construcción podrían beneficiarse de unas condiciones de financiación más favorables.
Riesgos: inflación y recalentamiento de la economía
Sin embargo, el descenso de tipos también plantea desafíos. La relajación de la política monetaria podría generar un repunte de la inflación, que en 2022 alcanzó niveles preocupantes tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Aunque el BCE mantiene su compromiso con la estabilidad de precios y seguirá evaluando la evolución económica en cada reunión, el riesgo de un recalentamiento económico no puede descartarse. Factores como el crecimiento de los salarios y la demanda interna deberán vigilarse de cerca para evitar que la inflación vuelva a descontrolarse.
El BCE ha dejado claro que sus futuras decisiones dependerán de la evolución de los datos económicos y financieros. Mientras tanto, al sur de los Pirineos se afronta este nuevo escenario con optimismo, confiando en que el abaratamiento del crédito impulse el crecimiento sin comprometer la estabilidad de precios. En un contexto de recuperación, esta rebaja de tipos podría consolidar una fase de expansión económica para las empresas y los hogares españoles que se vio truncada por la pandemia de la Covid-19 hace casi cinco años.
El comunicado de Banco Central, consultado por este digital, asegura que «el Consejo de Gobierno está preparado para ajustar todos sus instrumentos en el marco de su mandato para asegurar que la inflación se estabilice de forma sostenida en su objetivo del 2 % a medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria».
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